fumar un
cigarrillo es como prender una vela. es como prender un velador que se apaga
cuando nadie hay ya en la habitación. cuando nadie hay ya en el campo, iluminado
por las estrellas fugaces que lo iluminaban hace un rato.
me ausento de un suspiro
yo, que miro la flor
la flor, que en ese campo
no debí arrancar.
me ausento como el humo
de un suspiro me esfumo
como la luz de los campos
se apaga a mi alrededor.
entonces –me parece
voy a agarrar un cigarrillo y lo voy a prender fuego.
entonces –me parece
voy a agarrar un cigarrillo y lo voy a prender fuego.
para caminar entre velas que están aún por apagarse.
entonces –me parece
voy a agarrar un cigarrillo y lo voy a prender fuego.
para aspirar el humo que salga
de ese pequeño cigarrillo prendido fuego
porque lo dice el dicho
de ese pequeño cigarrillo
-casi de miniatura-
que se quería prender fuego
del cigarrillo que anoche
se quería prender fuego:
“me ausento como el humo
de un suspiro me esfumo”
tu luz interior
y la luz de los campos
se fueron apagando
alguien presionó un botón
y el cielo oscureció de pronto
el llanto, la eclosión
llamó la atención
de los que suspiran
y de nuevo no hubo nada
pero nada más cambió.
(Mes de Abril del 2011)